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La Estupa de Kalachakra, el rincón de Málaga para despejar la mente
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La Estupa de Kalachakra, el rincón de Málaga para despejar la mente

Estupa de Kalachacra – El monumento que representa a Buda, se ubica en la ‘aldea budista Karma Guen’, y se ha convertido en un reclamo turístico para los visitantes de la Axarquía, Málaga (España).

Existe un  lugar escondido en las montañas de Málaga en el que reina la paz. Y con ella, la estatua bronceada de un Buda yace como parte de un monumento de gran tamaño, que reluce un blanco inmaculado y que resulta inaccesible en su interior.

El Buda sostiene un cuenco que representa sus comienzos de monje, en los que la situación le obligaba a pedir comida y sustentarse de las ofrendas de quienes fueran, por aquel entonces, más pudientes en el aspecto económico.

En su conjunto, las distintas piezas forman la ‘Estupa de Kalachakra’, cuyo nombre se traduce como “la rueda del tiempo”, y que es posiblemente el lugar más visitado de toda una aldea apartada. Bajo el nombre de ‘Karma Guen’, este espacio solitario, se ha ganado la calificación de ‘pueblo budista’, un lugar singular, simbólico y atractivo, muy distante a los rincones tradicionales de la Costa del Sol.

La Estupa de Kalachakra, el rincón de Málaga para despejar la mente

Características de la Estupa de Kalachacra

La ‘Estupa de Kalachakra’ se construyó hace más de dos décadas, en 1994 concretamente, y no persigue mayor fin que el de “proteger el lugar, dar prosperidad, y conseguir la unión y libertad de todos los pueblos”. Así lo explica su fundador, Pedro Gómez, quien con este monumento y con la construcción del centro budista ‘Karma Guen’ de Vélez-Málaga, se convirtió en el máximo responsable de introducir la filosofía budista en la Costa del Sol y la Axarquía.

Las características de esta estupa, diseñada por el arquitecto polaco Wojtek Kossowski, la hacen única Europa, teniendo tan solo tres réplicas o similares repartidas por todo el mundo. Esta, fue además, la primera dentro de su tipología en construirse en Occidente.

Un espacio lleno de simbolismo

Entre todos los detalles apreciados en el monumento que representa a Buda, pocos se escapan del simbolismo.

Cada uno de los rasgos y elementos de la especie de escultura, aguarda un esmerado significado. Algo que potencia aún más las visitas entre los más curiosos.

Los rasgos más destacados son los siguientes:

  • Las distintas escalas en la silueta de la Estupa de Kalachakra representan los elementos de la naturaleza (tierra, agua, aire y fuego). Según Gómez, “la estupa en sí, es como si estuviera Buda en presencia, mente y habla en el lugar” Al mismo tiempo, expresa bendición y “representa los distintos estados de la mente”.
  • A pesar de que goza de un blanco reluciente, “las estupas, por tradición, debería bañarse en un tono plata”.En Andalucía, los altos índices de humedad son un indicativo clave que aconseja no usar la tonalidad, ya que con dichas condiciones “la plata se ensucia demasiado”. Por ello, el color blanco reluce en las dos estupas existentes en la provincia malagueña. (Existe otra ubicada en el municipio de Benalmádena, conocida como la ‘Estupa de la Iluminación’, y cuyos detalles la convierten en la más grande de Europa).
  • El pico más alto de la estupa, sostiene una especie de estatua o joya alargada que representa “la iluminación, el espacio, la luna y la corona”.
  • El acceso hasta la estupa es comúnmente conocido por su aspecto campestre, a falta aún de ser asfaltado. Esta situación tiene también un motivo razonable. El acceso hacia la ‘Estupa de Kalachakra’, donde se pueden encontrar setas comestibles y por donde deambulan animales en libertad, “es una realenga”, es decir, ‘pertenece al Rey o al Estado’, por lo que nadie posee el derecho de manipular el territorio.
  • Todo el entorno de la ‘Estupa de Kalachakra’ está decorado con mantras, que a vista de quienes no entienden de la doctrina filosófica, no son más que banderas de colores llamativos. Estas telas recortadas, contienen imágenes y oraciones que representan deseos. “El viento” es según los fieles a la filosofía, “quien se encarga de repartirlo por cualquier rincón”.
  • Junto a la estupa, existe también un artilugio que sirve para “hacer ofrendas de fuego”. Un ritual común en la práctica del budismo.

La meditación: la técnica base del budismo tibetano

Los alrededores de la ‘Estupa de Kalachacra’ respiran calma. Un ambiente que incita a la práctica de la meditación, el gran propósito de las instalaciones que rodean la estupa. Y es que en torno al Buda dorado y su espiral, que hace alusión al Universo, se distinguen tres salas de unos 25 metros cuadrados “donde budistas acuden a practicar la meditación, a veces durante días, otras durante semanas, y en ocasiones, durante meses”, sostiene Gómez.

Esta técnica, ajena a la cultura de la gran mayoría de los malagueños, pero presente y practicada en la propia provincia, se conoce con el nombre de “retiro espiritual” y con ella los budistas aseguran alcanzar “la liberación del sufrimiento”.

Además de estos espacios reducidos, ‘Karma Guen’ cuenta con otros alojamientos enfocados a la práctica de la técnica, enfocado a retiros de larga duración.

“La meditación es una práctica para estar en el ahora’, explica Gómez. “Realizarla te permite reconocer las sensaciones de vacío, las que te hacen sufrir”. “Todo es vacío. Nada es real. Lo que paso ayer no existe ya, y lo que venga mañana aún no existe. Lo que importa es como te sientas en el momento”.

Según explica Gómez, una vez conseguido el propósito de olvidar los conceptos y las emociones pasadas, y las inquietudes que vendrán en tiempos próximos, “la mente se abre, dando paso a la iluminación, y por tanto, a la pacificación de la mente”.  Así, dice, la persona deja de dar poder a situaciones del pasado, acabando con pensamientos que ya no se repiten, liberando el estado de ansiedad…

Un lugar para meditar

Desde la ‘Estupa de Kalachakra’ es difícil escuchar un ruido que desagrade. La naturaleza manda, y las vistas permiten controlar las más de 100 hectáreas que forman parte de ‘Karma Guen’.

Es desde la estupa, el punto más alto de la ‘aldea budista malagueña’, donde se pueden distinguir con facilidad las distintas zonas que el espacio potencia: la sala de meditación Gompa, con capacidad de reunir a más de 2.000 personas; el helipuerto; el conjunto de casas de Aldea Alta, donde solo residen budistas; el centro de traducción; las salas de refugio; o la biblioteca que acumula cientos de miles de textos en tibetano con enseñanzas de Buda.

Justo allí, Gómez rectifica la pregunta de quién hasta entonces, tan solo tiene fuertes nociones del Cristianismo. ¿Cómo un alma llega al Nirvana, el estado de liberación máximo de la mente? “El alma, para el budista, no existe”. Es el Karma el que acumula cada una de las experiencias de la mente. Las buenas y las malas”.

Según la doctrina, para algunos sagrada, para otros leyenda, “al morir se activa la balanza”. Para aquellos seres en los que abunda la buena acción, surge la reencarnación en un estado mejor. Lo contrario sucede con quienes han abusado del egoísmo, la avaricia y la maldad…

En provincias como Málaga el budismo y sus creencias no han calado en sus locales. A pesar de ello, la zona del Sur, como punto turístico por excelencia, incluye estupas en representación a Buda, rincones donde explorar otras culturas.

Con Pedro Gómez, su estupa, y la aldea ‘que preside’, el budismo llegó a Málaga. Fue él quien se encargó de que una zona abandonada de la provincia, se reencarnará en un lugar curioso, distinto. Para muchos (budistas o no),  un entorno digno de admirar…

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